Creemos firmemente que la educación de los hijos es un derecho fundamental de las familias. Cada familia debe tener la libertad de decidir qué valores y creencias desean transmitir a sus hijos, y el Ayuntamiento debe garantizar que esta libertad sea respetada. Nos comprometemos a trabajar para asegurarnos de que todos los padres tengan acceso a una educación pública de calidad que sea compatible con sus valores y creencias.

Para garantizar la libertad de educación de las familias, creemos que es esencial promover el respeto y el civismo en nuestras escuelas. El Ayuntamiento debe trabajar en estrecha colaboración con las familias, educadores e instituciones para garantizar que nuestras escuelas sean respetuosas con todas las perspectivas culturales y religiosas. En este sentido, no puede tener cabida que se eduque en que «el aborto es algo bueno» o que «la ley del sí es sí es un gran logro». Tampoco es respetuoso que los niños se sientan presionados a llevar falda o dar masajes a las niñas para celebrar el día de la mujer.

Es importante que nuestras escuelas sean lugares donde se fomente el respeto y la consideración hacia los demás. Nos comprometemos a trabajar para garantizar que nuestras escuelas sean entornos respetuosos con los derechos educativos de las familias, y donde todas las familias se sientan valoradas y respetadas.