Es innegable que contamos con una gran Agrupación de Protección Civil, la cual ha demostrado su valía a lo largo del tiempo gracias a la labor continua y la dedicación de sus miembros, en especial de los voluntarios que entregan su tiempo y esfuerzo de manera desinteresada. Sin embargo, nuestro entorno natural privilegiado, caracterizado por una gran superficie forestal, nos exige potenciar aún más la labor que realizan, ya que son nuestra primera línea de defensa ante los riesgos estivales (incendios y sequía) e invernales (nevadas y hielo).

Para garantizar que Protección Civil pueda llevar a cabo su labor de manera óptima, es necesario dotarlos de un presupuesto adecuado que les permita estar preparados para enfrentar cualquier situación de emergencia que se presente. Esto implica no solo el equipamiento y los recursos necesarios para hacer frente a situaciones de emergencia, sino también la formación constante y actualización de sus miembros en las últimas técnicas y herramientas para la gestión de emergencias.

Además, es fundamental que se establezcan políticas y planes de prevención de riesgos y educación ciudadana, para que la población esté informada y preparada ante una eventualidad. Esto permitirá que la labor de Protección Civil sea aún más efectiva y que los vecinos se involucren activamente en la protección de su entorno y su comunidad.